14.6.09

::where do we go::


Lo único por lo que valía la pena llorar era por la muerte de los conceptos y por las muecas estáticas de los ancianos. Lo sabíamos. Ahogado por la música me leíste la carta de 1970. Querida Carmen. Querido Francisco. Quién iba a decirte que. Sólo tú podrías saberlo, repetir las anécdotas de la infancia, recordar los libros leídos. Ayer fue el abandono, la isla de Eco. Dices que en retrospectiva no podrías haberme culpado. El consuelo ya nos queda corto. El reencuentro no es la vuelta pero yo sí puedo bañarme dos veces en el mismo río.

1 comentario:

nosoyyo dijo...

hola¡¡ es mi primera visita a tu blog, espero que puedas vivistarme .. me gustan tus entradas... te leere--
salu2..