24.6.09

::como dulce de leche::


Luego te preguntas quienes eran esas personas que te pusieron nombre de gato, que metían sus manos entre tus muebles y las dejaban ahí. Las que golpeaban con sus lenguas tus noches a oscuras cuando se iba la electricidad. Tratas de recordar sus nombres, inventarles nuevos, creer que se fueron antes o que tú hiciste que se marcharan. Pero todas son historias. Y son, sobre todo, historias mal contadas.

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