30.5.09

::dr house::


Dices que no puedes entenderlo aún cuando ahora él te pide permiso para ponerle salsa a las palomitas, o cuando tuviste que sobrellevar embarazos que ni siquiera eran tuyos. Te recuestas en la cama y no participas de la fiesta, tú, tan tragedia griega. Elaboras oraciones en tu cabeza para hablar de él: Ian es reconocer la brochada de Rembrant. Ian es entender imágenes que hablan de Marruecos con un saltimbanqui en un trapecio. Dices que no entiendes porque te hablan de ropas para bebés que son niñas, porque no quieres entender que se dice cielo y palabra cielo es una carga semántica completa.
Lo peor de todo es que no entiendes porque entiendes, pero sigues creyendo que no tiene caso.

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